La más reciente Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (Ensafi), dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en coordinación con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), reveló importantes diferencias en la percepción del ingreso mensual necesario entre las entidades de la Península de Yucatán.
De acuerdo con los datos recabados, las personas adultas en Quintana Roo estimaron que requieren en promedio 16 mil 500 pesos al mes para cubrir sus gastos, seguidas por Campeche con 15 mil 400 pesos, y Yucatán con 14 mil 400 pesos, cifras todas por debajo del promedio nacional, que fue de 16 mil 421 pesos. La Ciudad de México lidera esta lista con una percepción de ingreso necesario de 29 mil 500 pesos mensuales, casi el doble de lo reportado por los habitantes de la región sureste.
Aunque la percepción del ingreso necesario en Quintana Roo se encuentra en la media nacional, la entidad obtuvo el puntaje más alto del país en el indicador de bienestar financiero, con 56.3 puntos sobre una escala de 100. Este índice considera la capacidad de las personas para manejar sus gastos, ahorrar, cubrir emergencias y sentirse tranquilos con su situación económica.
Por el contrario, Yucatán y Campeche se ubican en niveles medios del ranking nacional, con 52.4 y 51.5 puntos, respectivamente. Estas cifras las colocan por debajo de estados como Coahuila, Nuevo León o la Ciudad de México, pero por encima de entidades como Oaxaca y Guerrero, que registran los niveles más bajos de bienestar financiero.
Pese al buen desempeño en el índice de bienestar financiero, Quintana Roo también figura entre los estados con altos niveles de estrés financiero, situación que podría deberse al encarecimiento del costo de vida o a la informalidad laboral. En contraste, Yucatán presentó uno de los niveles más bajos de estrés financiero del país, lo que podría estar vinculado a una cultura de consumo más moderado o a mayores redes de apoyo familiar.
La encuesta también arrojó que muchas personas recurren a estrategias de contención como reducir gastos (68.3%), pedir prestado a familiares (41.6%) o usar ahorros (32%) cuando no tienen ingresos suficientes para cubrir sus necesidades. Además, solo un 35.9% indicó poder hacer frente a una urgencia económica con sus propios recursos.
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