En el marco del séptimo Congreso Europeo de Genética de Hongos que se llevó a cabo en Dublín, Irlanda, en los días del 2 al 5 de marzo, estudiantes de ingeniería ambiental del Instituto Tecnológico de Mérida ganaron premio internacional. En este encuentro se presentaron más de mil trabajos de investigación aplicada sobre temas de materiales sustentables, energías alternas, avances en ingeniería genética de hongos y potenciales patógenos de humanos.
El panel de expertos establecido por el comité organizador aprobó tres trabajos mexicanos desarrollados en la península de Yucatán, pertenecientes a las licenciaturas de ingeniería ambiental y bioquímica. Estos trabajos seleccionados fueron asesorados por Denis Magaña Ortiz, profesor investigador del Instituto Tecnológico de Mérida. Las nueve estudiantes asistieron a este encuentro con recursos propios.
El trabajo acreedor del premio fue la investigación que emplea cepas de hongos de laboratorio libres de toxinas para la asimilación de aceite quemado de cocina, un compuesto altamente tóxico que contamina el agua, el suelo y afecta la salud. En este trabajo participaron las estudiantes Abril Alemán Salvador, Mariana Espinoza López, Danna Ramírez Alemán, Camila Caamal Acosta, Yulislell Pech Canché, Carolina Cruz Carrillo. Los estudios iniciales estuvieron a cargo de Sofía Patrón Herrera.
Este trabajo fue presentado y defendido en inglés por Mariana Espinoza y suscitó mucho interés al comité organizador por los resultados obtenidos, su impacto ambiental y su potencial futuro. Fue galardonado como Best Oral Presentation en la magna sesión de clausura por la European Conference on Fangal Genetics, en su edición 17, celebrada el 5 de marzo.
El hongo Aspergillus foetidus es una cepa de laboratorio sin riesgo para la salud humana o animal. Este hongo contiene la capacidad metabólica que le permite tolerar la toxicidad del aceite y produce enzimas y proteínas que degradan con rapidez este residuo.
Esta cepa logró eliminar la mayor parte del aceite obtenido como residuo de restaurantes y generó abonos orgánicos útiles para plantas de chile habanero. Los resultados del proceso también resultaron ser inocuos para el suelo.
Actualmente, este proceso se encuentra en fase de escalamiento usando biorreactor piloto y busca recursos económicos de la industria y de los tres niveles de gobierno. El aceite de cocina quemado es un residuo peligroso con una legislación muy limitada.
Otro de los trabajos seleccionados fue sobre el uso de cepas nativas de hongos para el control de plagas como la mosquita blanca y ácaros que diezman la producción agrícola a nivel mundial como el tomate, el chile y el aguacate. En este proyecto participaron Carol Cervantes Basto, Montserrat Tumorales Rodríguez y Jazbek Martínez Contreras.
El tercer trabajo seleccionado fueron los resultados de un estudio de plantas que actúan para el control de proliferación de hongos que afectan la salud humana y animal. Los alumnos a cargo del proyecto son Pilar Solís Manrique, Paulo Ortiz Montalvo y Alejandra Zapata Domínguez.
En estos proyectos también participaron los docentes e investigadores: Esaú Ruiz Sánchez del Tecnológico de Conkal, Susana Rincón Arriaga, Radamés Trejo Valencia y Manuel Reyes Rodríguez, del Instituto Tecnológico de Mérida.
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